domingo, 7 de marzo de 2010

Clima: Estos tiempos locos

Con la llegada de Febrero los estudiantes nos lanzamos al Caribe. Así, para celebrar que ya llevamos tres años de dura vida universitaria, nos plantamos en México y nos dedicamos a tostarnos al sol. El magnífico sol del Caribe, si… ¡Si lo hubiéramos visto!

Estas últimas dos semanas me ha pasado algo extraño. Dos viajes preparados desde hace tiempo y expectativas muy distintas para cada uno de ellos. Primero el ya mencionado, a Cancún, el paraíso y el sol. El segundo, a Londres, esperando llevar el paraguas adherido a la mano. Lo curioso del caso es que en Cancún nos ha llovido casi todos los días. Cada rayo de sol nos sorprendía enormemente y corríamos a tomarlo. Sin embargo, Londres nos ha acogido con un espectacular sol cada mañana.

Dos viajes en tan poco tiempo y a tanta distancia hacen que tengas que adaptarte rápidamente a condiciones muy contrarias. Además del choque de tiempo (que tampoco ha sido tanto, de hecho volví constipada de México) y del famoso jet lag por la diferencia horaria, he tenido que adaptarme a la diferencia musical.

Cuando pasas una semana en un país latino tienes que adaptarte a escuchar infinidad de veces la misma canción con el mismo ritmillo en todas sus estrofas. Sí, me refiero al reggaetón en todas sus formas. He aprendido a bailarlo, me he aprendido las canciones y en el avión de regreso a Europa la musiquilla aún zumbaba en mis oídos. Será porque el sol del Caribe te da un curso acelerado de baile o porque el este tipo de canciones están hechas por y para el perreo, pero, he de reconocer, que estas canciones siempre ponen un final divertido a cualquier fiesta, y que las he bailado como una profesional en la materia.

Londres, sin embargo, es un santuario para los modernos gafapastas con ansias de pasear por los mercadillos de Liverpool Street o Portobello en busca del mejor vinilo. Yo, intentado ir de moderna me recorrí las tiendas de segunda mano, visité los mercadillos y los bares más cool para parecer una londinense más. Londres invita a beber pintas en cualquier esquina. La música en sus pubs tiene siempre ese sabor a The Beatles, a Arctic Monkeys o a Amy Winehouse. Me sorprendió enormemente que bares con aire tan retro pudiesen albergar a tanto moderno, neopunk o indie a cualquier hora de la tarde, con pintas y copas de vino en sus manos. Suena música por la que Independance o el Elástico pelearían. Podría ir sola a un bar y quedarme escuchando las canciones toda una la tarde.

Los tiempos están locos.

Nunca presumáis de lo morenos que vais a llegar a Londres después de una semana en Cancún. Tendréis que usar autobronceador.

Nunca escuchéis a vuestra madre cuando os obligue a compraros unas botas de agua para ir a Londres. Puede que no las lleguéis a estrenar nunca.

Aún así, os recomiendo los dos destinos. Con o sin lluvia son dos lugares espectaculares.



No hay comentarios:

Publicar un comentario