lunes, 3 de mayo de 2010

01/02/10 21.50 L.A.

"Heavenly Hell" no es el primer disco de L.A. aunque muchos de los que estaban en el concierto del SOS 4.8 en Murcia lo creyeran. Luis Alberto, cantautor mallorquín y epicentro de este grupo, tiene ya bajo su brazo 4 discos autoeditados, pero ha sido con este último con el que se ha dado a conocer más allá de la isla balear. En el pequeño escenario Jack Daniels del recinto pasadas las 8 de la tarde, firmaba discos tras un corto pero intenso acústico. Él, su guitarra y los fans, nada más.

Crystal Clear abre el disco de Luis Alberto y los suyos. Pero esta vez antes de empezar con esta canción versionaron una de David Bowie, para después sí, empezar con las suyas. Una tras otra, canciones y emociones. Elisabeth fue la segunda en llegar, fue el single del disco, con lo cual fue uno de los momentos de más euforia entre el público, todos cantaban y bailaban. Después llegaba la canción que da nombre al álbum, Heavenly Hell, que con sus casi 3 minutos vitalizó, aún más si cabe, al público asistente.


Hands, quinto corte del disco, fue el segundo single que sonó por emisoras e internet. En éste todas las manos se alzaron al aire siguiendo el ritmo de la música. Después de ésta, llegaban las más románticas del disco, Perfect Combination, Close To You y Evening Love, parejas se acercaban, se besaban y abrazaban. Y amigos se unían con mecheros incluidos. Después de tanta azúcar con alcohol en la mano, versionaron otra, esta vez una de Chris Isaak, Wicked Game. Puso el polo opuesto a tanto romanticismo acumulado, alguien que está enamorado pero que le gustaría no estarlo.

Casi ya finalizando uno de los últimos temas del disco, llegó Microphones and Medecines, en la cual Luis Alberto utilizó casi durante toda la canción los dos micrófonos que tenía sobre el escenario, cada uno con diferentes ganancias para así darle una pequeña distorsión y crear un efecto de que hablaba consigo mismo. Efecto que usan muchos grupos hoy en día, uno de ellos, Girls in Hawaii.

Después tocaron dos canciones que no están en su disco pero que ya habían tocado en directo alguna que otra vez. En la Joy de Madrid ya las habíamos podio deleitar cuando pararon en su gira a finales del año pasado. Y para acabar tristemente de verdad, llegó la hora y nunca mejor dicho de Stop The Clocks. Y lo dejo así porque para esta canción no tengo ni minutos, ni segundos, ni palabras para describirla. Increíble es poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario